Los adultos que hoy tenemos 40 años de edad o más, no tuvimos muchas opciones para elegir nuestro futuro profesional, nos tocó lo que nos tocó y a "tomarle el gusto". Empeñada en que para mi hija fuera una elección libre, consciente y que le permitiera alcanzar su máximo potencial, pasamos por esfuerzos infructuosos y dos carreras universitarias muy distintas entre sí que no eran la respuesta correcta. En busca de ayuda, encontramos al Dr Gabriel, en nuestra primera cita el primer sentimiento que evocó fue confianza, por su carisma, respeto, cercanía y conexión, el segundo fue seguridad, por su capacidad de escuchar y comprender nuestras necesidades, ofrecernos un plan de trabajo claro, con una hoja de ruta específica hacia el descubrimiento de las habilidades de mi hija, rasgos de personalidad, tipo de razonamientos, entre otros criterios de evaluación que le permitirían a ella descubrir lo que ella tanto buscaba y que en sus propias palabras expresaba como: "quiero saber en qué soy realmente buena". Al final del proceso obtuvimos un diagnóstico, como Mamá me hizo muchísimo sentido con relación a ella, muy atinado, acompañado de una lista de opciones de carrera afines con su perfil de personalidad. Hoy mi hija es una chica feliz con su carrera, entusiasta y con mucha ilusión por su futuro...Para Gabriel nuestra mayor gratitud de todo corazón, lo que hizo por nosotras es invaluable.